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Cuando piensas en Perú, seguramente vienen a tu mente imágenes de Machu Picchu, el refrescante sabor del ceviche o la intensidad del pisco sour. Sin embargo, existe otro tesoro culinario que ha conquistado el corazón de millones: el pollo a la brasa. Este plato es más que simple pollo, representa una experiencia gastronómica que combina tradición, sabor intenso y una calidez única en la mesa peruana.
El pollo a la brasa es un plato que nace de la sencillez y se transforma en excelencia gracias a la magia del marinado y cocción. La base de la receta incluye ingredientes como ajo, pimienta, comino, sillao (salsa de soja), vinage, cerveza negra y ajíes peruanos. Cada pollería tiene su propia combinación secreta, y ese toque personal es parte del encanto.
El pollo se cocina en un horno giratorio, normalmente alimentado con carbón, lo que le da esa piel crujiente y dorada por fuera, mientras mantiene la carne jugosa y llena de sabor por dentro. Se sirve con abundantes papas fritas, una ensalada fresca y un trío imprescindible de salsas: mayonesa, ají amarillo y huacatay. Si te gusta el picante, no te vayas sin pedir un poco más de ají. ¡No hay límites cuando se trata de disfrutar!
Hablar de pollo a la brasa en Perú es hablar de familia, de fines de semana, de celebraciones improvisadas, y de esos domingos en los que nadie quiere cocinar. Es el plato perfecto para compartir, y por eso tiene un lugar tan especial en el corazón de los peruanos. Cada tercer domingo de julio celebramos el Día del Pollo a la Brasa, con largas colas en las pollerías y promociones por todos lados.
Incluso fuera de esta fecha, es habitual ver pollerías llenas a la hora del almuerzo. No importa el barrio, la región o el estatus social: el pollo a la brasa es una tradición que no discrimina.
Si te consideras un amante de la gastronomía y estás explorando Perú, no puedes dejar el país sin haber probado este ícono nacional. No necesitas gastar mucho ni buscar un restaurante de lujo. De hecho, algunas de las mejores experiencias se viven en lugares modestos, frecuentados por muchos peruanos.
Descubre aquí la ruta del pollo a la brasa que conquistará tu paladar.
Tiene el mejor pollo a la brasa del Perú según Taste Atlas. Entre las reseñas, se menciona lo jugoso, tierno y sabroso de su carne, así como el ají que le da el toque perfecto de sabor picante.
Esta pollería ubicada en Cusco, ofrece un pollo bien sazonado y delicioso acompañado de papas fritas elaboradas con papas 100% peruanas. Es una de las mejores pollerías de la ciudad imperial.
Son los creadores del pollo a la brasa hace 75 años. Según los expertos, «el pollo asado de Lima es uno de los mejores del mundo, y Granja Azul es el mejor de Lima, básicamente, el mejor pollo asado del mundo».
¡Sí, totalmente! Perú tiene una amplia cultura culinaria y miles de turistas comen pollo a la brasa a diario sin problema alguno. Te recomiendo que pruebes lugares con una buena rotación de clientes o con presencia en aplicaciones de reseñas como Google Maps o TripAdvisor. Si tienes restricciones alimentarias, pregunta siempre por los ingredientes del marinado o posibles opciones alternativas.
La popularidad del pollo a la brasa ha trascendido las fronteras peruanas, llegando a ciudades internacionales como Nueva York, Miami, Madrid y Santiago de Chile. Aun así, muchos afirman que la experiencia más auténtica sigue siendo en su lugar de origen, Perú, donde el ambiente familiar y cálido hace que cada bocado sea único.